Seguimos aislados físicamente, algunos más otros menos, pero no debemos dejar que el aislamiento físico sea un aislamiento social. Tenemos más herramientas tecnológicas que en el pasado para estar cerca de quienes amamos y aunque no se sienta igual, es algo.
Somos seres sociales y es lógico que sintamos un poco de rabia, ansiedad y angustia al no poder salir a la calle o ver en persona a quienes queremos.
La nueva realidad se nos presenta con bloqueos y por eso tenemos que tratar de conectar con nosotros mismos, con nuestro “estar solos”, ya que la mente y las emociones nos pueden enfermar, pero también conectar con otros por las vías disponibles para compartir lo que sentimos poniéndole palabras.
Las palabras tienen mayor peso que nunca; las palabras te alivianan, te liberan.
El filósofo Paulo Freire dice: “Nadie se salva solo, nadie salva a nadie, todos nos salvamos en comunidad”.
Así que teniendo esto en mente, conecta con otros desde el corazón, la distancia solo separa cuerpos, no corazones. Somos red y estamos para apoyarnos, no somos sin los otros, nos constituimos a través de los demás.
En la esencia de nuestra humanidad es donde encontraremos la paz y las respuestas a tan caóticos tiempos que nos toca atravesar.
Hasta la próxima mis queridos.